Angelo Branduardi es un músico italiano practicamente desconocido en España, y no es un recién llegado precisamente, su carrera abarca ya más de cuarenta años.
Su trayectoria siempre me ha recordado a la de Franco Battiato. Empezaron los dos en el ámbito de aquella corriente maravillosa del Rock Progresivo italiano de los setenta, el "Italian Prog", aunque Battiato en una faceta más experimental.
Branduardi siempre le dotó a su música de un carácter más lírico, con elementos del Folk y la Música Clásica, con adaptaciones de poetas como Yeats. La verdad es que hace una música maravillosa, que os animo a conocer.
El tema que os presento pertenece a su álbum de 1976 "Alla Fiera dell´Est", tocado en directo en el vídeo que completa esta entrada.
Precisamente con este tema iniciaba sus conciertos en aquellos años, con un desarrollo del tema muy superior a la duración original de este, creando párrafos instrumentales bastante largos, con el que conseguía un crescendo continuo del mismo, la influencia del ya mencionado Rock Progresivo es más que evidente.
Contaba el genial Forges en una de sus viñetas, "que se puede esperar de un país donde todos dicen haber estado en Los Pekenikes". Sin llegar a tanto, si es cierto que por el grupo pasaron cantidad de músicos en sus diferentes etapas, aquí nos vamos a centrar en su etapa más exitosa, la segunda mitad de los sesenta, donde perfilaron el sonido que les ha hecho famosos e inconfundibles.
De este grupo, como de casi toda la música española de aquella época, hay un desconocimiento, cuando no un desprecio generalizado, sin embargo tanto la música de Los Pekenikes , como de otros tantos artistas de aquellos años, alcanzaron un nivel de calidad y creatividad muy altos, como desmuestra sobradamente esta canción.
Los Pekenikes surgen a finales de los cincuenta como un grupo de adolescentes, alumnos del Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, que empiezan a interesarse por la música. Debutan como tales en 1959, haciendo versiones de los éxitos del momento, y ahí empieza esa especie de maldición bíblica con sus cantantes. Hasta el año 1966, donde se transforman en grupo instrumental, pasaron infinidad de ellos, Juan Pardo y Junior entre ellos.
En 1966, después de la marcha de unos de ellos, el filipino Eddy Guzmán, deciden transformarse en grupo instrumental, animados por el gran éxito de su tema "Los Cuatro Muleros", que en 1964 fue un exitazo. Ese año logran un impacto enorme con su single "Hilo de Seda" y el larga duración que sacan ese mismo año.
El núcleo fundamental de grupo lo formaban Alfonso Sainz, líder y principal Compositor, su hermano Lucas, Ignacio Martín Sequeros al bajo y Tony Luz en la guitarra rítmica. Todo ello sazonado con las impresionantes producciones de Rafael Trabucchelli, creador del famoso "sonido Torrelaguna", calle de Madrid donde estaban los estudios de Hispavox, compañía de Los Pekenikes.
Su éxito continuo hasta el final de la década, donde la marcha de los hermanos Sainz y un cierto agotamiento de su sonido, provocó la partición de grupo en dos, al marchar parte de sus miembros a la compañía Movieplay.
El tema que traigo a esta entrada, para mi el mejor del grupo, es una auténtica maravilla, un tema prodigioso, auténtica orfebrería pop, si se me permite definirlo así.
Cuenta con un continuo cambio de ritmo, con la entrada constante de nuevos instrumentos que alternan su protagonismo en la canción, con una poderosísima sección de metales, un punteo exquisito de la guitarra solista a cargo del casi recién llegado Tony Obrador, y la novedad de una pequeña parte cantada por el batería Félix Arribas.
En resumidas cuentas, un tema extraordinario, culmen absoluto de su obra musical, donde dejaron patente lo mucho que habían aprendido y lo mucho que habían trabajado en los años anteriores.
